Acerca de mí

Mi recorrido corporal y profesional

A los 12 años de edad fui diagnosticada con escoliosis. Ante la amenaza de una posible cirugía de columna en caso de que la desviación siguiera avanzando, me indicaron una serie de ejercicios (durísimos para esa edad y contextura) que debía hacer rigurosamente todos los días. No demoró en llegar el famoso corsé rígido que me acompañaría por los siguientes cuatro años de mi vida día y noche.
Ése fue mi primer diálogo con la postura.

 

Sin embargo, mi recorrido de investigación corporal comenzó con el tango en 1998. Me formé con importantes Maestros, tanto en ésta, como en otras danzas (danza clásica, modern jazz, danza contemporánea, swing y rock & roll y danzas de salón brasileras). Cursé la Licenciatura en Composición Coreográfica – Mención Danza en el I.U.N.A. (Instituto Universitario Nacional de Arte) y me desempeñé como maestra y bailarina de tango durante 20 años a nivel nacional e internacional.

 

A partir de la curiosidad por el movimiento y el funcionamiento del cuerpo humano, al mismo tiempo me interesé en otras disciplinas y así, tomé clases de tai chi chuan, barre à terre, estiramiento por biomecánica, eutonía y Feldenkrais.
Realicé la formación en RPM (Reprogramación Miotática Postural) y las formaciones internacionales en SGA (Stretching Global Activo) y K-Stretch Postural.
Me capacité en: anatomía funcional e investigación en movimiento, suelo pélvico, tensegridad y fascias, la teoría polivagal de S. Porges (participé de un grupo de estudio con esta temática), «sensopercepción y órganos» con importantes referentes de cada área.
Cursé el Posgrado en técnicas corporales terapéuticas (USAL).
Desde el año 2011 hasta la actualidad, me desenvuelvo dando clases y talleres de entrenamiento postural a través de mi propuesta POSTURALMENTE, integrando estiramientos globales, técnicas de educación somática y elementos funcionales de la danza, todos teñidos de mi experiencia como paciente, bailarina, alumna, maestra y bípeda.

 

A lo largo de todos estos años, brindé talleres en distintas partes de la Argentina, en Uruguay (Instituto Equilibrio, Montevideo) y Brasil (Universidad de Santa Catarina, Florianópolis).
Además, participé como disertante en el III y el IV Congreso Entrenando la Postura, junto a importantes referentes del área.

 

Actualmente, desarrollo mi actividad de forma online y presencial, tanto dentro como fuera de la Argentina.

violeta recortada

Una mirada sobre la postura

La idea de una «mala postura» incluye generalmente un juicio de valor. Las personas se juzgan por tener «mala postura» (Mala la postura, mala yo.) y esto es un problema porque entonces quieren «pararse bien», «sentarse bien», hacer las cosas bien. Y la postura no se lleva bien con la obediencia… La postura es una construcción permanente, con lo cual se lleva mejor con el sentir. Por eso cuando a veces alguien pregunta «¿así está bien?» la pregunta resulta en sí misma una respuesta.
Cuando percibimos una «mala postura» estamos ante un conflicto. No es novedad que este conflicto es tanto externo como interno: Lo que se exterioriza siempre tiene un correlato interno. También sabemos que un alto porcentaje de lo que comunicamos – a los demás y a nosotros mismos – es lenguaje corporal.
Si no tengo recursos para realizar una tarea o si me resulta extremadamente difícil, habrá tensión muscular innecesaria, lógico: alguien tiene que hacer el trabajo. Las consecuencias ya las conocemos: rigidez, contracturas, molestias, dolores, deformación, posibles lesiones, etc. Y a esto se suman las consecuencias a nivel emocional también, que no son menores.
Entonces, tal vez sea momento de juzgar menos la postura en términos de «buena» o «mala», tal vez sea hora de salir de los extremos y encontrar matices que nos permitan bucear en lo que de verdad nos sucede con la postura, que como vemos, es mucho más que una forma de pararse o sentarse.
Ahora mismo, justo después de leer este texto, ¿podés percibir qué movimientos o cambios de posición hizo tu cuerpo?
Posturalmente,
Dalila.